Tengo un amigo que vive bastante cerca del metro, lo cual es una ventaja para el sistema que ha creado; cada vez que se pone muy molesto, baja al metro, compra un ticket de metrobús, atraviesa los torniquetes y recibe el ticket sellado con la fecha y la hora exacta. Luego viaja a través de varias estaciones hasta que se siente mejor y vuelve a subir. Al llegar a su casa, el ticket marcado lo pega en una pared junto con otros similares.
Las fechas y horas no le dicen mucho después de varios días, pero le gusta recordar el momento que pasó y que hay cosas por las que no vale la pena molestarse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario