"Pero ahora quiero algo distinto. Algo mejor que la historia de las cosas que me sucedieron. Me gustaría escribir la historia de un alma, de ella sola, sin los sucesos en que tuvo que mezclarse, queriendo o no. O los sueños."

miércoles, 16 de junio de 2010

La Caravana Americana

Desde el viernes a la hora en que me desperté, un poco pasadas las 10 de la mañana, he intentado escribir algo, reseña, crónica, historia o cuento corto (aún no logro definir cada uno), pero lo importante era tener algo que me sirviera como base para la memoria. En cada una de esas ocasiones tuve poco éxito, tachones, borradores rotos y páginas en blanco. No fue hasta hoy, mientras hablaba con Geral por gtalk contándole qué tal estuvo La Caravana Americana que entendí lo que sucedía; intenté poner en escrito lo que vi esa noche, pero la verdad es que fue una situación más de texturas y sonidos, pero no de palabras. Oh, vamos, el punto es que no escribí nada, pero no podía dejarlo pasar desapercibido.
Debo decir que ni el frío del auditorio, ni los problemas con el monitor, ni la gotera en el lado derecho del escenario causaron estragos en la presentación, ya que más allá de una actuación impecable, La Caravana Americana era una fiesta en la que Xoel López haciendo gala de su amabilidad compartía la tarima con varios músicos de la escena local, cantando canciones tanto de él, como las hechas acá. Entre estos músicos se encontraban Ulises Hadjis, José Ignacio Benítez, Il Gimón, Sela Lovera, Cheky y Loocila de Jóvenes y Sexys, Gabriel Figueira y una simpática chica cuyo nombre completo no alcancé a escuchar, pero que gracias al desenfreno de uno de los asistentes me atrevo a decir que se llama Lola.
Así se desarrolló la noche, gente que subía y bajaba del escenario, algunos siguiendo un orden, otro simplemente llamados por Xoel desde su micrófono. Y sí, fui anotando en un papel cada una de las canciones, también el momento exacto en el que comenzaba y cada uno de los músicos en tarima, pero vamos a hacernos los que no, y sólo destacar las actuaciones que más me hicieron sonreír, pues si nombro todo me va a faltar precisión.
La primera invitada fue Sela, quien junto a Xoel cantó una especie mash-up de las dos "Es Verdad", la canción de Xoel y la de Ilan Chester. Disfruté muchísimo "La balada del hombre desesperado y la novia en el río", donde invitó a Gabriel a tocar. Más adelante, estando junto a José Ignacio, Gabriel e Il, me sorpredió gratamente escuchar "Vibratio Del Patio", canción del último disco de Domingo En Llamas que es el nombre del proyecto musical que lleva José Ignacio.
Unas cuatro canciones más adelante subió Ulises con Cheky e Il, y sin mediar muchas palabras empez a sonar el familiar comienzo de "Sin Caer". Después Ulises, adueñándose por unos minutos del micrófono, nos contó una anécdota de una pareja que jugaba bowling (no me atrevo a decir que a los jugadores de bowling se les dice bowling-ista, pero por ahí debe estar la cosa) para caer con una canción llamada "Música Normal" que aún es inédita.
La verdadera fiesta comenzó cuando Loocila entró en escena, junto a Xoel, Cheky, Ulises, Il y José Ignacio cantó "Amor platónico", entre risas nos puso a todos con palmas. Por último, se subieron todos a la tarima y como pudieron se repartieron en pequeños grupos alrededor de los micrófonos y cantaron "El hombre de ninguna parte" para cerrar.
Tú y yo sabemos que eso no se podía terminar así, entre aplausos de todo el público que estaba de pie, Xoel volvió y nos prometió dos canciones más, una solo y la otra con todo el grupo. No pudo ser mejor, cantó Tonada de luna llena, ni hacía falta decir más nada. Luego se montaron todos, una vez más a cantar juntos y a dar fin a la caravana.
Una noche divertida e informal, con mucha gente talentosa en un mismo sitio. Cuando Geral me preguntó cómo estuvo, sólo necesité dos palabras: fue mágico.

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