"Pero ahora quiero algo distinto. Algo mejor que la historia de las cosas que me sucedieron. Me gustaría escribir la historia de un alma, de ella sola, sin los sucesos en que tuvo que mezclarse, queriendo o no. O los sueños."

martes, 1 de junio de 2010

Árbol de familia

Uno creería que no es posible que nunca te hayan dicho el nombre de un miembro de tu familia, en especial uno tan cercano. Yo me quedé pensando en eso una mañana de clases en que nos pidieron un árbol genealógico. La casilla que estaba arriba de mi papá unida por una de esas ramas de mentira aún seguía vacía y después de estar media hora buscando bien mi memoria concluí que no me sabía el nombre de mi abuelo. Parecía imposible, pero es que claro, él es el alguien de todo el mundo, abuelo, padre, tío, padrino, compadre y hasta jefe, no había alguien que lo llamara por su nombre.
No me atreví a entregar mi árbol genealógico, una cosa era admitir que no me sabía el nombre de mi abuelo, pero confesárselo a toda la clase era demasiado. Decidí entonces que al llegar a mi casa preguntaría. Cuando estaba allí comencé a ver las fotos familiares, conocía a ese hombre de toda mi vida y no sabía su nombre, era algo estúpido. La vergüenza me alcanzó cuando iba a hablar con mi padre, me imaginé a mi propio hijo preguntándome el nombre de su abuelo y sentí pena, así que al final preferí quedarme con la duda.
Dejé pasar los días, incluso hubo un momento en que me olvidé del asunto, al fin y al cabo, ¿para qué quería saber yo el nombre de mi abuelo? Mi profesora nunca se dio cuenta de que no entregué la tarea y ya no me importaba tanto saber, podía vivir llamándolo abuelo y nada más.
Cuando pensé que era un asunto superado, una noticia llegó de sorpresa. Mi padre se acercó, se agachó para quedar a mi altura y me dijo "tu abuelo ha muerto". Justo cuando terminó la frase, sentí cierto alivio, ya no tenía que averiguar su nombre. Al ver las lágrimas en los ojos de mi padre, supe que estaba mal, me odié por pensar siquiera en sentirme bien por la muerte de mi abuelo y lloré durante todo el día.
Cuando era tiempo de ir al velorio me dolía la cabeza y no quería estar allí, pero ver a mi padre triste me hizo pensarlo mejor. Cuando llegamos todos me abrazaban y me decían "tu abuelo fue un gran hombre". Tu abuelo esto, tu abuelo aquello, pero poco me importaba, lo que realmente me molestaba es que todos hablaban de mí, ¡estando yo presente! Me acerqué a mi padre y le pregunté por qué todos me nombraban, a lo que me dijo "no te están nombrando a ti hijo, hablan de tu abuelo".
Él y yo compartíamos el mismo nombre.

3 comentarios:

  1. Me alegra que te haya gustado Yisbel :)

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  2. Te Felicito Estefanía, tu excusa de expresar lo que sientes no es mas que mucha inspiración y talento para escribir, me siento muy identificada contigo, en esta aficción, probablemente nos parezcamos en las personalidades así lo siento, amiga atrevete a compartir tu inspiración, mas allá de una pagina web, a lo mejor naciste para esto, que estes muy bién!!!
    Elenia

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